martes, 23 de diciembre de 2014

lunes, 15 de diciembre de 2014

Dramáticas Aventuras Trimestrales Ilustradas - Especial Romántico 2014

Bueno, ya iba siendo hora de hablar de Heil!, el fanzine estrella de la temporada, el segundo ánnual que publicamos los responsables de Dramáticas Aventuras, y uno de los grandes éxitos del pasado GRAF y del recién clausurado Expocómic. Con este Especial Romántico han flipado profesionales del talento y el carisma de David Aja, y han dicho cosas preciosas maestros como Gerardo Vilches. Y ya era hora de reseñarlo también aquí, porque todavía quedan ejemplares a la venta en la página oficial, y podrías, necio, quedarte sin uno.

Con los seis primeros números del Dramáticas, cerramos el primer arco argumental, conformado por las primeras 48 páginas (¡todo un álbum!) de la increíble fotonovela de El Ligre, enfrentando el ataque de los hombres-peces invasores de Sirio a los mandos de sus naves con forma de grapadora. Conocimos a su némesis en el ring, Tequila Vásquez; al Comisario Mono, al Profesor Mendoza, a sus viejos compañeros de aventuras superheróicos (Chica-Gato y Chico Clon) y a Helga Hitler, la hija secreta de Adolf Hitler cuya existencia había sido soterrada por los Aliados. Pudimos ir disfrutando sus aventuras y descubriendo sus diferentes orígenes, aparte de en la trepidante fotonovela, a través de los artículos, entrevistas, fichas de personajes, documentos encontrados bajo tierra, cuentos, tebeos, tiras cómicas y bobadetas surtidas que componen cada uno de los siete números (hubo un primer ánnual, el Especial Policíaco Con Monetes) del fanzine. Y la existencia de Helga, la hija de Hitler, y su extensa cripto-biografía con diferentes paradas en Berlín, Bariloche, Berín, California, Berlín, Cochinchina, Marbella y Madrid, ha resultado ser importantísima en esta historia. En esta cuenta atrás para la salida del número 7 del fanzine, conocer más sobre Helga, el lado chachi del Nazismo o Lo Nazi en el papel couché, se antojaba imprescindible.

Y así se fue gestando este especial, un panfleto a corazón abierto repleto de corazoncitos y corazones rotos, especialmente pensado para las lectoras adolescentes del fanzine, pero apto también para el joven aficionado de cualquiera de todos los otros sexos. Además de las pistas y la tierna acción que muestra la correspondiente porción de fotonovela marca de la casa, y de los imprescindibles extractos del diario de Helga Hitler, el especial se completa con varias páginas de cómic a todo color obra de Julián Almazán y otro tebeo increíble, también a todo color, obra de Vince Colletta y sacado de un National Lampoon de 1974 (traducido para la ocasión por nuestra colaboradora y rotulista estrella Elena Gueimunde). Encima, para la ocasión, nos colamos en el hogar de Anna Frank para pillar ideas de decoración de cara a las Navidades, y os desvelamos secretos de alcoba, cartas al director, pasatiempos, horóscopo, motor... Todo envuelto en un tono edulcorado que resulta unglaublich e irresistible. La monda.

lunes, 8 de diciembre de 2014

viernes, 28 de noviembre de 2014

"Pérfidas" (Tamara Romero, 2014)

En EEUU de A existe un movimiento literario en auge etiquetado como bizarro, que aún no ha llegado a España, y que básicamente pretende trasladar al papel historias poderosamente visuales, urgentes y lo más grotescas y surreales imaginables, que recoge elementos del pop más colorido, la ciencia-ficción loca, el cine de terror de cuchufleta, los fenómenos televisivos más recientes, monstruos cotidianos, la religión y la política extremas... Una coctelera de exploitation que se inspira en el pulp clásico, el cine de monstruos, el rollo Tarantino, la TROMA, el porno, Bizarre Magazine, Russ Meyer, los tebeos de superhéroes, la Nueva Carne, el cine loco japonés contemporáneo, el ácido lisérgico, el unpop, el weirdo, el steampunk, el cyberpunk y todo tipo de subculturas pop minoritarias, para llevarlas al extremo y crear historias imposibles, absurdas y divertidas. La Meca de todo esto es la editorial Eraserhead Press, en la que Tamara Romero publicó su primera obra, inédita en castellano (como todo su catálogo) "Her fingers", que no he podido leer; de hecho, yo no he leído nada de esto, porque como digo nadie se ha puesto a traducirlo, pero sí que hace tiempo que descubrí la figura del jodido chiflado de Carlton Mellick III, y tengo como obra de cabecera (me la he leído tres veces) la inencontrable novela "Automatanza", de Steve Aylett, que fue uno de los primeros brotes verdes de esta doctrina. Espero que más pronto que tarde alguien se ponga las pilas y traduzca para mí todos esos títulos, con esas mismas portadas y el papel de pulpa, para poder leerlos cómodamente sentado en la parte de atrás del barco pirata del Parque de Atracciones.

Lo que sí ha publicado la bizarra (por valiente y por bizarra) y preciosista editorial Aristas Martínez es "Pérfidas", la primera novela en castellano de Tamara, no solo aficionada sino paladín española de todo esto. Es una novela de raso y diáfano entretenimiento, que se te escurre y se devora sin pausa porque más que leerla a solas es como si la estuvieras viendo en la tele un sábado por la noche compartiendo porros y risketos con los colegas con los pies sobre la mesa, después de llevarte el VHS de un rincón mohíno del videoclub de barrio; o como si estuvieses mascándola y llevase peta-zetas incrustados dentro.

Narra un episodio en la vida de las Pérfidas, un equipo de lucha libre femenil que debe enfrentarse fuera del ring a las principales líderes de las Lúcidas, con ayuda de la omnipresente estrella de Radio Eterna, Ryder Alegría (y su incorpórea asistente Wah Wah), cuando descubren que La Mujer Azul ha sido secuestrada por error y es retenida en un castillo a las afueras de Valtidia, una distópica y ciber-psicotrónica capital de provincia. La Volcánica Magma deberá pelear, máscara contra cabellera, no sólo contra La Bella Nima, Midori o las puñeteras Ruedas de Seguridad, sino contra su propia identidad, contra su pasado, e incluso contra la maquinaria capitalista y mercadotécnica del Sistema valtidiano.

"Mataré a vuestros muertos" (Daniel Ausente, 2014)

Homenajeando a los grandes destajistas olvidados de la novela popular de kiosko española, absence ha publicado una novelita que escribió a toda leche (el tiempo de revisión, corrección y ampliación triplicó al de redacción), que viene a unirse a ese aluvión de post-bolsilibros que está lanzando al mercado indie toda pequeña editorial que se precie. En este caso, "Mataré a vuestros muertos" es la primera entrega de la colección Bestias Pardas, de Prosa Inmortal, y el tercer libro publicado por Daniel (tras el ensayo pop "Black super power" y la autobiografía-ficción "Mentiré si es necesario"). Una novela breve deliciosa y apasionante, construida a trompicones alrededor de una jauría de ratas, cucarachas, palomas y un grupo de infrapersonas del Barrio Chino Profundo, que de alguna manera se las apañan perfectamente para vivir una aventura salvaje y subterránea en algún lugar intermedio entre los universos de H.P. Lovecraft, John Carpenter, José Antonio de la Loma, Patrick O'Brian y los recuerdos de adolescencia del propio autor. Puro realismo fantástico y memoria del subsuelo, la única crítica que se le puede hacer a "Mataré a vuestros muertos" (como a cualquier bolsilibro de Bruguera de los que molan y que da rabia que se lean en dos cagadas), es su urgencia, la (voluntaria) escasez descriptiva en favor de la acción, y que no dure cuatrocientas páginas más.

martes, 18 de noviembre de 2014

"Rewind this!" (Josh Johnson, 2013)

La semana pasada, en uno de los pocos momentos de absoluto relax contemplativo que tuve, me apoltroné con una manta y un gato a cada lado a ver este maravilloso documental reciente, que corro ahora a recomendar a todo el mundo con muchísima fuerza. Una auténtica obra maestra, en esta película se da voz a docenas de coleccionistas compulsivos, cineastas de culto, vendedores de segunda mano, cartelistas de cine doméstico, fabricantes y todo tipo de infraseres con barba aficionados al VHS, ese objeto en auge que dejó de fabricarse hace una década. Un repaso que parte de un puñado de cazadores extremos de cintas raras en mercados de pulgas y ventas de garage, para hacer un estudio exhaustivo y completísimo alrededor de filias, fetiches, curiosidades, huevos de Pascua, misterios de la distribución y la fabricación, las cintas más fáciles y difíciles de encontrar en el mercado de la trigésimo segunda mano, etc. También conocemos a responsables de proyecciones festivas de VHS en festivales bizarros que están surgiendo por todo el mundo (el espíritu de El Alamo Drafthouse sobrevuela varios momentos del docu), se entrevista a maestros del casetexploitation como Frank Henenlotter, Lloyd Kaufman, Cassandra Peterson (Elvira) o Charles Band y a "directores" irredentos que se centraron en el rodaje magnético como J.R. Bookwalter, Chris Stompolos (un videoaficcionado que "suecó" entera, en su casa, "Indiana Jones en busca del Arca perdida") o el increíble outsider David "The Rock" Nelson (que sigue haciendo pelis de monstruos con muñecos en VHS a día de hoy). Cintas de gimnasia doméstica bizarra, documentos absurdos como "Heavy metal parking lot" (1987) y películas amateur que los freaks intercambiaban por correo en la época ("Tales from the quadead zone" (1987), "Sledgehammer" (1983), "Black devil doll from Hell" (1984), "Blood cult" (1985), "Dead next door" (1989), el especial navideño que originó South Park en 1992, "Wicked games" (1994)... he visto casi todas, qué pena doy) o la existencia de héroes como los responsables de Something Weird Video, son otros de los fenómenos que se revisan y analizan. El viaje, entretenidísimo y fascinante, termina haciendo acuse de la existencia de los video-mixtapes de Youtube (que tanto me gustan y que tienen su propia etiqueta en este mismo blog) y descerrajando frases lapidarias y hermosísimas sobre esto tan bonito y underground. En definitiva, un repaso mesmerizante y que ya hacía falta de una vez, que ha entrado directo en mi top faif de documentales favoritos.

viernes, 14 de noviembre de 2014

"La loca historia del Ejército Simbiótico de Liberación y el secuestro de Patty Hearst contada a los niños" (Libritos Jenkins, 2014)

Esta tarde se inaugura la 2ª edición madrileña del GRAF, un encuentro de microedición y tebeos independientes. Al margen de micro-eventos, micro-exposiciones y micro-farras en salas de conciertos por la noche, el grueso del evento serán los puestos de venta al público en el Museo ABC durante todo el día de mañana sábado, en una de esas pocas (pero cada vez más habituales) "ferias del libro" alternativas en las que se dan cita editores de barrio, fanzineros, autores de comix undergroud e indigentes en general. Para la ocasión, he sacado la quinta referencia de mi inexistente editorial Libritos Jenkins: "La loca historia del ESL y el secuestro de Patty Hearst contada a los niños".

Después de las anteriores entregas ("Hipnotismo pop", el superventas "La música más rara del mundo" y "Santos y Demonios"), este nuevo compendio consta de 48 páginas en blanco y negro fotocopiadas y grapadas, 1 CD de 23 canciones y un par de chapitas de regalo (adicionalmente se ofrece junto con un póster o lámina a todo color del póster central incluído), y que narra la fascinante historia de Patricia Hearst y todo lo relacionado con el SLA. La información se ofrece esta vez a través de un puñado de ensayos breves (los hechos históricos, un glosario de términos simbióticos, reseñas de treinta y tantas películas relacionadas con lo simbionés, un largo estudio de todas las canciones, discos o artistas imaginables que alguna vez se fijaron en el asunto, y otro ensayo que habla de tebeos, series de televisión, musicales del off-off-Broadway, juegos de mesa, etc.), un tebeo indie americano absolutamente inédito en castellano, un relato fantástico en boca de un ex-miembro del SLA, fotos de todo tipo, moda, motor, horóscopo, etc., la revistilla ofrece mucha más información de la necesaria, de forma amena pero erudita y repleta de pasión.

Un hito en la historia del SLA, que he estado haciendo yo mismo estos últimos días, y que estaré vendiendo mañana en un rincón del evento. Todos los asistentes podrán, además, llevarse un recuerdo simbiótico del 40º aniversario de la famosísima estampa de Tania, en nuestro photocall instalado para la ocasión, con la banderola del Ejército Simbiótico, una réplica del subfusil original y una boina ladeada, para compartir en sus redes sociales favoritas.

Quien no pueda venir al GRAF mañana, no podrá hacerse la foto con la bandera original del SLA, pero sí que puede adquirir una copia de la publicación, aquí mismo a través de Paypal (pulsando en el icono de aquí debajo) o escribiéndome a frunobulax04@hotmail.com, y recibir, tanto éste como cualquiera de los ejemplares anteriores de Libritos Jenkins, cómodamente sin moverse de su hogar o centro social de acogida.

PEDIDOS A TRAVÉS DE LA TIENDA ONLINE

Fanzine de 48 páginas + CD de 22 canciones + 2 chapitas simbióticas = 5€

La gran actriz Laura Blázquez, alias TANIA

domingo, 9 de noviembre de 2014

"Sinopsis de cine" (Ángel Sanchidrián, 2014)

Bueno, pues hace dos meses que leí "Sinopsis de cine", y os voy a contar un poco.

El libro va de un chiquín que veía películas muy conocidas y las contaba en Facebook con mucho salero, hasta que un día una editorial le publicó las sinopsis de risas en libro. Yo descubrí muy tarde la página de FB de Sinopsis de Cine. De hecho, desde que me hice fan creo que solo ha hecho promoción y comunicados diversos, y solo una reseña, me parece. Pero mi amiga Á. me insistía en que las leyera, y una vez me encontré el libro en una tienda, y me lo compré. Esa noche en la cama empecé a leerlo y se me hizo de día entre carcajadas. Muchísimas carcajadas. Me reí muchísimo, como hacía mucho tiempo que no me reía, leyendo en alto las sinopsis y haciéndome gracia mis propias risotadas. No recordaba reírme tanto desde que vi por primera vez "Zoolander", que tuve que parar la película un rato y pensar en cosas tristes para no morir de un colapso pulmonar. Pues con este libro me pasó lo mismo. Con algunas de las sinopsis (me acuerdo especialmente de las de "Amelie" o la trilogía de "El Padrino"; pero sucedía con casi todas) me estaba riendo tanto, tanto, que pasé un poco de miedo. El mes de septiembre fue horroroso para mí, una auténtica pesadilla, y esta lectura fue liberadora, medicinal, y tengo que rendirme ante ello. Ya he prestado el libro tres veces y en cuanto me lo devuelvan tengo que volver a leerlo porque es muy sano y maravilloso.

Muchas de esas películas tan famosas no las he visto, ni tengo intención de verlas. A mí me atraen más las películas extrañas y minoritarias, soy así de cabezota, y no creo que vea nunca "Dirty dancing", "Tinanic" y esas mierdas para oficinistas. Pero son películas que no hace falta haberlas visto para partirte el pecho de risa, porque en realidad es como si las hubiéramos visto, de tanto emitirse sus escenas más conocidas y representarse de mil maneras su pestilente reflujo. Aunque también vienen muchas reseñas de películas de terror y de género, algunos de mis clásicos favoritos son rastrillados y pitorreados con regocijo, que es lo que le da la calidad al libro. Aunque es indudable que el formato elegido para imprimir las sinopsis de Facebook, es un error. El libro emula ser una cinta de VHS, con una carcasa de cartón como las que daba El País en los noventa, y es estrechito y de tapa dura, como una guía de viajes de lujo. Esto no me ha gustado mucho. Además de las reseñas, para rellenar, han metido unos cuantos extras definitivamente innecesarios; y fotos y chorradas acompañando cada texto que sí aportan un apoyo visual simpático.

Te gustará si estás en la cama triste y solitario, ya te has aliviado pero sigues sintiéndote desgraciado y a la deriva en el Universo, y no tienes que madrugar al día siguiente.

miércoles, 15 de octubre de 2014

Dial B For Blog: Spider-Man secret origins

Este otoño estoy obsesionado con Spider-Man. Más de lo habitual, quiero decir. Es mi personaje de ficción favorito (junto con Ana Botella), y leo sus aventuras desde que tengo 3 años, que yo recuerde. Y me he propuesto tapar los agujeros que me faltan, leer o releer poco a poco todos los tebeos de Spider-Man desde su primera aparición. Dejándome guiar por dos de sus obras de consulta de referencia en castellano, que tengo siempre sobre la mesita de noche (“Spider-Man. Biografía no autorizada” de Julián M. Clemente y “Spider-Man. Diario de Peter Parker” de Francesc Martínez), para no dejar cabos sueltos. Llevo leídos en un par de semanas 114 números de Amazing Spider-Man, unos cuantos de Marvel Team-up, annuals, fill-ins de otras colecciones y algunas de las miniseries y one-shots que revisitaron el origen del personaje. Y buscando información sobre los orígenes y las influencias culturales de este mito, me encontré con este artículo del inconmensurable blog (en barbecho) Dial B For Blog, un contenedor cultural sobre cómic de superhéroes norteamericanos repleto de humor y montajes pop. Repartido en 11 capítulos (aunque el 6º se subdivide en 15 larguísimas entregas), el texto hace un repaso profusamente ilustrado a la etapa de Stan Lee y Steve Ditko, a sus influencias a la hora de inventarse al personaje y a mil y un detalles poco conocidos de las primeras correrías. Parte del influjo de los magazines y los seriales pulp para la radio y la televisión (como los protagonizados sin ir más lejos por The Spider de Norvel Page), la serie The twilight zone, el cine post-paranoia nuclear de los 50 o los tebeos de suspense, ciencia-ficción y terror pre-code. Yo no sabía que en House of Mystery, en Shazam o en Journey into mystery ya habían aparecido diversos hombres-araña, dos de ellos escritos por Lee y dibujados por Kirby. ¡Ni tampoco que un par de ancianos llamados Tía May y Tío Ben habían aparecido en una historieta de terror de 1962 (obra de Lee y Ditko)! La evolución del comics code y todo el patético asunto de “La seducción del inocente” del mad-doctor Fredric Wertham transformó el mundo del tebeo, y por eso las creaciones de LEETKO en los primeros años son tan científicas y exentas de asuntos paranormales, vampiros y brujas (bien conocido es por ejemplo el caso del vampiro Morbius, nacido de un experimento fallido; aunque aparececió por primera vez en el número 101, de 1971, es un caso significativo). Resulta fascinante (aunque algo frustrante también) comprobar hoy que un tebeo tan influyente e icónico de la cultura popular norteamericana, en realidad no inventó nada, y que los “préstamos” del Batman de Gil Kane, de los tebeos gazmoños de Archie, los tebeos románticos (LEETKO y LEERBY se curtieron mucho más de lo que parece en Millie the model) o del Oeste que se hacían como churros en los albores de Marvel, los estereotipos del highschool norteamericano que se remontan como mínimo hasta Tom Brown’s school days (1857) y hasta los clichés del joven Superman de DC (prácticamente fusilados) conformaron el 99% de la esencia de la personalidad de Peter Parker y del resto de personajes secundarios. El capítulo 6, “If this be my Ditko”, es un exhaustive, exageradísimo homenaje al estilo, la vida y la figura del Mestro Steve Ditko, merecida reivindicación del papel del tímido dibujante, tantos años silenciada y polémica, en la creación de todo lo que rodea a Spider-Man y muchos de los sueños íntimos de todos nosotros. El autor del texto, Robby Reed, analiza montañas de viñetas sueltas de esos 38 episodios firmados por LEETKO, y las compara con fotos reales de la biografía de Ditko. Investiga el estudio de trabajo de S.D. en los cincuenta y sesenta. Entrevé llamadas de atención y “huevos de Pascua” en ciertas viñetas, que podrían ser autobiográficas. Estudia guiños e insinuaciones sexuales en los personajes femeninos dibujados por S.D., cuya inspiración va desde los tebeos picantes de Eric Stanton hasta Betty Page, pasando por las escenas de bondage en el Wonder Woman de William Marston Moulton. Encuentra posibles gestos masones (en los “cuernecitos” del ingenio lanzarredes inventado por Parker) y posibles modelos para JJJameson o el Dr. Extraño. Repasa minuciosamente, casi enfermizamente pequeños detalles ocultos de los primeros años de publicación de la serie. Analiza el trazo del lápiz, el diseño del/los logotipo/s de la cabecera, influencias éticas, puyazos que le lanzaba Ditko a Lee en pequeños rincones de las viñetas poco antes de su airada fuga de Marvel, el trabajo de Ditko fuera de Marvel, incluye poco menos que un análisis grafológico… Y de todas estas cosas, y muchísimas más, te enteras leyendo ese artículo extenso, jugoso y repleto de dibujines. Bajo el influjo de la relectura comprensiva que decía al principio, hace algunas semanas decidí descargarme poco a poco todo este artículo de Dial B For Blog, y montarlo en un .pdf de casi 400 páginas para poder leerlo tranquilamente offline en mi prehistórico y queridísimo tablet en color. De paso, lo subí a Mediafire y lo compartí en Twitter para que quien quiera haga lo mismo, y aprovecho para volver a poner aquí el...
enlace de descarga

Box Brown - Andre The Giant. Life and legend

Supe de este proyecto en uno de los primeros números del fanzine Atomic Elbow hace meses, donde se mostraban algunas páginas del proceso, y por fin lo vi anunciado en algún Previews de hace poco. Y ya está disponible (en USA) esta novela gráfica, homenaje diáfano y sentido a una de las figuras más interesantes del espectáculo y de la cultura popular norteamericana. Sin obviar ningún detalle ni evitar ninguna polémica (varias anécdotas de la biografía de André refieren a episodios de violencia fuera del ring, acusaciones de racismo y problemas con la bebida), la apasionante vida de este entrañable coloso es aquí narrada con crudeza y una pasión desbordantes. Con un estilo sencillo, personal y caricaturesco, de trazo infantil a primera vista, Box Brown ha realizado un trabajo de investigación inédito y exhaustivo, como demuestran las notas y la bibliografía finales. Un placer.

Metamorfosis. Visiones fantásticas de Starewtich, Svankmajer y los hermanos Quay (2ª parte)

Sesión Cuentos fantásticos I

La petite parade (L. Starewitch, 1928) Esta maravillosa recreación de “El soldadito de plomo” (un cuento, obvio antecedente de “Toy story”, que me daba mucho miedo de pequeño por un libro que tenía) protagonizada por marionetas y menaje en miniatura, es una delicia, que me recordó en varios momentos al clásico “El hotel eléctrico” (Segundo de Chomón, 1908). Desgraciadamente, a la copia que proyectaron le faltaba la música. Las marionetas del soldadito, un cascanueces de fantasía en forma de orondo cosaco, un Demonio y unos cuantos extras articulados, configuran coreografías mientras se pelean por el moñeco de una bella bailarina (que en un par de escenas se transforma en Nina, la hija de Starewitch, y pasamos a la acción real), aprovechando que los infantes humanos se ausentan del salón de juegos. Una vez más, abundan los animales antropomorfos y los insectos haciendo monerías graciosas y mágicas.

Jabberwocky (J. Svankmajer, 1971) Otra virguería maravillosa e incontestable del gran Maestro de la animación lejano-europea y extraña. Basándose en el poema surreal y dadá de Lewis Carroll, retorcido hasta la extenuación, J.S. construye una especie de poema visual rimbombante y poderosamente hipnótico animando puzzles, juguetes, muebles, animales disecados y todo tipo de objetos bailando ante nuestros ojos como un caleidoscopio con vida propia.

Skazka skazok (El cuento de los cuentos) (Yuri Norstein, 1979) Exótica película de animación experimental rusa de media hora, al parecer rodada con técnica mixta, intercalando animación tradicional y corta-pega de piezas animadas en stop-motion bidimensional, algo parsimoniosa y metafórica a la que no vi la gracia y que creo que empachó a buena parte de la audiencia. El lobo, habitual protagonista de los cuentos clásicos, recorre una y otra vez los mismos lugares y collages pintados, mostrando las distintas aristas progreso tecnológico, los sentimientos, la propia existencia y los límites entre ficción y realidad; o algo semejante.

Ein Brudermord (Hnos. Quay, 1980) Una breve pieza de animación onírica, cubista y feísta con marionetas, que reproduce fugazmente un texto de Kafka (“El fratricidio”). Un entretenimiento de experimentación y aprendizaje sin pena ni gloria.

Zánik domu Usherú (La caída de la Casa Usher) (J. Svankmajer, 1980) No conocía esta obra maestra, absolutamente fascinante. A partir del texto de Edgar Allan Poe leído por un narrador neutro pero expresivo, Svankmajer da rienda suelta a todo su talento y representa el drama de la familia Usher y la destrucción de su mansión animando foto-a-foto tierra, piedra, madera, barro y otros elementos inertes. La erosión “mágica” de las paredes ante nuestros ojos, las telarañas que crecen de la nada, sillas que se parten y se reducen a cenizas ellas solas, pedruscos que ruedan y se ahogan en el barro, martillos y clavos retorciéndose y consumiéndose… Un final de sesión asfixiante y poderosísimo.

Metamorfosis. Visiones fantásticas de Starewtich, Svankmajer y los hermanos Quay (1ª parte)

En este countdown para Halloween tan estimulante, en el que los murciélagos adelantan su ciclo con el cambio horario, terribles tormentas eléctricas nos acometen, los árboles se retuercen y mudan y los depredadores y bestezuelas empiezan a desperezarse en sus tumbas, ha llegado a Madrid la impresionante exposición “Metamorfosis”, comisariada por Carolina López. La asombrosa muestra es una maravilla atemporal plagada de instrumental médico, maniquíes anatómicos desmembrados, objetos de poder, libros (¡en una vitrina hay una primera edición de una de las obras enciclopédicas deAthanasius Kircher!), animales disecados, teatrillos, películas proyectadas en las paredes y sobre todo marionetas, aperos de stop-motion y memorabilia de ensueño proveniente de las piezas audiovisuales de Stanislas Starewitch (1882-1965) y Jan Svankmajer (1934-). Genios torcidos del cine de género, claros antecesores e influencia en mil y un artistas contemporáneos y modernos como Terry Gilliam, Tim Burton, Wes Anderson, Henry Selick, Émile Cohl, Olivier de Sagazan, Walerian Borowczyk, Hayao Miyazaki, Hideshi Hino, Suehiro Maruo, Bill Plympton, Rob Zombie, Trevor Brown, Romain Slocombe, Mayhem, Marilyn Manson, Whitehouse, Joe Coleman, todos esos animadores de plastilina ocre y cubista que acababan sus piezas con Kóniec, las cortinillas de la MTV de los 80, los que hacían las piezas estrambóticas intercaladas en Barrio Sésamo (esa inolvidable Pepita Pulgarcita), en Liquid Television, en El Planeta Imaginario… O los propios hermanos Stephen y Timothy Quay, que forman parte de la muestra cerrando este paseo por el lado extraño, curioso, malsano y oscuro del siglo XX.

Soy un apasionado de las exposiciones, los anticuarios, los museos, las casas-museo, las galerías de arte, los jardines privados, las ferias de papel antiguo, los zoológicos y las visitas guiadas por la ciudad (que son como exposiciones en bruto y al aire libre); de contemplar estanterías ajenas, de las jugueterías plagadas, de los lineales de los badulaques exóticos, de los gabinetes de curiosidades, de las exhibiciones de atrocidades, de escribir listados de palabras y nombres propios entre comas, y en general de todos los sitios en los que se aglomeran a la vista objetos hermosos o curiosos reunidos para el deleite visual, a los que pueda acudir en mi tiempo libre, y a poder ser sin pagar mucho ni que haya muchos jubilados (ni mucho menos turistas); y suelo tener la agenda repleta y me acerco como mínimo a tres de estos lugares cada semana. Y aunque no me gusta mucho La Casa Encendida (me siento como yendo a una sucursal bancaria o recorriendo los pasillos de la facul… ¡a mi edad!), estoy yendo mucho estos días a visitar esta exposición, un poquito cada vez, y sobre todo me quiero apuntar a todas las etapas de las proyecciones audiovisuales, que son los martes; y los martes son mis domingos.

Respecto a la exposición en sí… es una pasada, una línea trazada a través de casi todo lo que más me gusta. No he terminado de verla entera (ya que pretendo ir semanalmente hasta final de año a ver las proyecciones), y me falta todo el grueso de lo de Svankmajer, pero tiene una pinta escandalosamente hermosa. Starewitch era un entomólogo obsesivo y minucioso, que aún cuando el cine era mudo comenzó a animar fotograma a fotograma a sus insectos y a los muñecos que construía inspirado en las (terribles, grotescas y para adultos) fábulas de los hermanos Grimm o Hans Christian Andersen, tomando como referencia las primerísimas piezas de animación de la prehistoria del cine, obras fantásticas y que he visto mil veces como las creadas por Georges Meliès o Segundo de Chomón. En la exposición podemos ver, además de algunos fragmentos de sus obras, muñecos y dioramas originales, instrumental, colecciones de insectos y otras obras, objetos y/o menciones a antecedentes como Mèlies, Lotte Reiniger, Arcimboldo, Francisco de Goya, Franz Kafka, el modernismo, el expresionismo, el surrealismo, el cubismo, la alquimia, la taxidermia, la medicina pretérita… Una muestra de objetos imprescindible y que me tiene entusiasmado.

Sesión Gabinete de curiosidades

Les grenouilles qui demandent un roi (L. Starewitch, 1922) Preciosa fábula muda y en stop-motion, protagonizada por unas graciosísimas ranitas antropomorfas (que parecen de Sylvanian Families) que elevan sus plegarias al dios Júpiter para que las organice y las envíe un gobernante o un jefe de estado, con dramático resultado. El coloreado chillón del metraje restaurado, y en pantalla grande, me dejó un indeleble recuerdo de esta simpática y al mismo tiempo grotesca historia fantástica con moraleja, efectos especiales y marionetas antediluvianas, en la línea del mejor Chomón.

Le vampire (Jean Painlevé, 1939-1945) Esta pieza de complemento (cine científico-buñuelista a partes iguales) es un documental zoológico, breve e insólito (y bastante mondo y sensacionalista), alrededor del vampiro real: el desmodus rotundus sudamericano, y su habilidad para succionar la sangre de sus presas mostrada con crudeza y en primerísimo plano. Al mismo tiempo que el narrador nos pone en situación partiendo del “Nosferatu” de Murnau y advirtiéndonos de cómo ese cobaya sedado, cuyo buche está siendo lentamente perforado por el murciélago, podríamos ser nosotros. Una curiosidad algo gore para exhibición de atrocidades animales.

Historia naturae (Suita) (J. Svankmajer, 1967) Una maravilla. Uno de esos preciosos juegos florales habituales en el Maestro Svankmajer, animando fotograma-a-fotograma objetos, mobiliario y sobre todo animales disecados a ritmo de diferentes estilos musicales. Una coreografía impresionante y bonita a cuenta de objetos de taxidermista, huesos, vitrinas, jaulas, ordenada a partir de las diferentes especies del reino animal. Este tipo de piezas son en sí mismas como una exposición viviente en formato videoarte, un muestrario de las curiosidades y obsesiones del autor, animada de forma magistral, con su toque de humor grotesco y su atención al detalle y a la música.

Kostnice (El osario) (J. Svankmajer, 1970) Curiosísima pieza que documenta una visita al osario de Sedlec, en la República Checa. Un lugar espeluznante y único en el mundo, bajo la iglesia de un pequeño cementerio. Existen otros osarios o acumulaciones de esqueletos y calaveras humanas en el mundo (probablemente el más famoso sea el de las catacumbas de Roma), pero en el de Sedlec a alguien se le ocurrió construir esculturas con esos huesos. Por todos los rincones de esta cueva contemplamos terroríficos arcos, cúpulas, lámparas, columnas, candelabros, etc., minuciosamente armadas con huesos y calaveras humanos. Un lugar ideal para dar rienda suelta a las fantasías de Svankmajer, que en este caso no puede manipularlos ni construir caleidoscopios y laberintos animados en stop-motion, como probablemente le hubiera gustado, sino que se limita a manejar lenta, rítmicamente la cámara por las estancias. De fondo, el crepitar de la cadena de una antigua bicicleta nos pone los pelos de punta a medida que olvidamos que es un ruido golpeteo, y no cálcico y tenebroso. En lugar de un narrador en off, la brillante mente de Svankmajer concibió mantener el audio de la guía turística (suplente para más señas) que recorría la zona haciendo comentarios para los turistas. Con sus tics, sus quejas y sus comentarios mundanos e incluso involuntariamente cómicos, como contrapunto grotesco a las pesadillas primigenias que evocan las imágenes.

The phantom museum (Hnos. Quay, 2003) No conocía de nada a los hermanos Quay, salvo por lo que había podido ver en la exposición y en el catálogo de la misma (que compré el primer día). Estos dos gemelos idénticos de origen británico son dos apasionados del cine y el universo de Svankmajer, e igualmente comparten esa obsesión por el movimiento mágico de los objetos, la ciencia bizarra y el lado morboso que todos escondemos. Sin llegarle a la suela de los zapatos al Maestro (ni pretenderlo), este corto es un breve paseo por una extraña colección de prótesis médicas vintage, que se mueven solas por varias estancias mientras una especie de misterioso polichinela gastonlerouxiano las recorre a ritmo de una fea música ambient.

The cabinet of Jan Svankmajer (Hnos. Quay, 1984) Mucho más vistoso e interesante este diáfano homenaje de los Quay al Maestro y su imaginario. En colorido stop-motion con marionetas, teatrillos (el principal de ellos se puede ver en la expo), collages de diversa índole y referencias a Arcimboldo, Dalí, Kafka, Mèlies, Starewitch… Un exótico y bonito videoclip (una vez más, me falla la selección musical) de pleitesía.

domingo, 12 de octubre de 2014

"Sector Zero 4" (Alfonso García, 2014)

Ayer se hizo público el palmarés completo del Festival de Cinema Fantàstic de Sitges. Supongo que el año que viene por estas fechas estaré viendo esas películas a solas en casa con un gato a cada lado, en lugar de dando voces, lanzando tuercas, pataleando y haciendo la ola entre la horda de peludos con camiseta negra y acreditación que asiste desde hace 47 años a este evento, que debe de ser mucho más divertido. "El año que viene voy, coñe", me digo a mí mismo ahora mientras miro las fotos y tecleo en el buscador de torrents. Este año, además, mi corazón y mi cabeza estaban allí más que nunca, porque entre otros amigos y conocidos acudió al festival mi compañera y colega Laura, una actriz impresionante de 30 años a la que admiro y quiero un montón, y que protagonizaba uno de los cortometrajes pre-seleccionados para la segunda edición del Phonetastic Mobile Film Festival. La película, de 5 minutos, es impresionante, y aunque no lo parezca por la postpro, está rodada enteramente con un iPhone moliente:

La presencia de "Sector Zero 4" en Sitges era un acontecimiento que me hacía mucha ilusión, y durante algún tiempo soñé con estar allí presente durante la proyección. Sí estuve muy pendiente durante casi todo el proceso, porque a Laura la veo casi a diario: los primeros contactos, la lectura del guión, los nervios del finde del rodaje, las primeras imágenes que llegaban por whatsapp, el momento en que pudimos ver la historia completa colgada en la página y, por fin, sometida a las críticas y las votaciones del público, la ilusionante campaña en redes sociales... Y al final, el corto de Laura fue preseleccionado para poder verse en Sitges, y optaba a una de las preciosas estatuillas. Creíamos que los ganadores serían anunciados el día de la gala en la que se proyectaron los cortos... pero no, hubo que esperar una semana más, hasta la mañana de ayer en la que se hizo público el palmarés completo. Y ganó. "Sector Zero 4", "Premio del jurado", bla bla.

Hubo otro premio dentro del Phonetastic, el otorgado por el público. Como suele suceder en estos asuntos, lo ganó la pieza de los más espabilados, los más pájaros; un cortometraje horrible, en el que el uso de la cámara del móvil es totalmente testimonial, los actores dan risa y la historia está muy mal contada y no se entiende bien. Parece ser que hay un mocho con ojos debajo de una cama que mata a uno, o algo. Pero estuvo expuesto más que el resto para que le pudiera votar la gente, y recibió miles y miles, pero miles de votos a través de La Internet. Un éxito. Y se han llevado una estatuilla, los monstruos. Todo esto lo viví en directo también, y fue muy frustrante, y me vine un poco abajo porque pensaba que el corto de Laura y otros que me gustaban más, iban a pasar desapercibidos debido a esa campaña tan extraña y a esos miles de "personas" dando muchos puntos a ese corto y quitándole puntos al resto. Pero bueno, al final el jurado preseleccionó unas cuantas películas, y de entre ellas decidieron otorgarle el premio al corto de Laura. Mejor cortometraje de género rodado con un móvil, en el festival de Sitges. Es un trampolín extraordinario, y espero que mucha gente vea el trabajo de Laura y todo lo que conlleva que este corto tenga ese aspecto, ese ritmo y cuente tantas cosas con cuatro frases de diálogo. A mí me ha hecho mucha ilusión y me he emocionado mucho con esto, y me alegro de que haya salido bien. Espero que a Laura y al resto del equipo les vaya mejor a partir de ahora en esta profesión tan difícil que han elegido. Especialmente, en estos tiempos tan complicados y teniendo que aguantar a estos señores tan miserables que rigen nuestros destinos y desprecian con tan especial inquina la industria cinematográfica española. Enhorabuena a los premiados.

martes, 7 de octubre de 2014

"Wild wild west" (Barry Sonnenfeld, 1999)

Mi sorpresivo y feliz descubrimiento reciente de la saga "Men in black", me hizo darle una oportunidad el otro día a otra obra a caballo entre estos siglos de Barry Sonnenfield, también a mayor gloria de Will Smith, que igualmente había olvidado por completo, por miedo a encontrarme un estúpido y oportunista remake bakala para la generación con déficit de atención. Sin embargo, una vez más, estaba equivocado y, transcurrido algún tiempo y desprovisto de expectativas ni prejuicios, "WWW" me entretuvo bastante. Además, bastante poco steampunk se hace con grandes presupuestos, como para hacerle ascos. El carrusel de trenes a vapor llenos de gimmicks, tarántulas robot gigantes y armas retro-futuristas es tan abundante, y los actores están tan simpáticos y decentes, que lo de menos es que la historia sea tan hueca, llena fallida y apresurada. Un entretenimiento recomendable.

"Tintin vs. Batman" (Hergi)

Desgraciadamente, creo que a mi generación nos llegó tarde el influjo de Tintín, y soy de esos que no sienten una especial fascinación por sus aventuras; y es más, su lectura nos resulta un poco farragosa. Bueno, voy a hablar por mí, por si acaso, pero en los ochenta estábamos lo suficientemente sepultados y seducidos por los narizones de Bruguera y los superhéroes americanos como para prestar atención a esas obras maestras pretéritas de las que oíamos hablar constantemente. Esa explosión del tebeo para adultos europeo y sudamericano de los ochenta me vino un poco grande, y tengo bastantes lagunas en este asunto. En casa tengo, como todo español de bien, toda la colección de Tintín, y apenas he leído algunas aventuras por encima. Ante la clásica dicotomía, siempre he sido más de Astérix; más de Superlópez que de Mortadelo, más fan de Garfield que de Mafalda, etc. Otra cosa es la curiosidad por el sugestivo pastiche pop, y más si se trata de un producto gamberro y apócrifo como este extraordinario "Tintin vs. Batman" que cayó en mis manos en formato digital hace algún tiempo, y que está hecho con tanto cariño como actitud punk. Por sus páginas (en blanco y negro, y con un estilo pretendidamente sucio pero al mismo tiempo respetuoso con las primerísimas aventuras firmadas por Hergé) no solo desfilan los principales secundarios y villanos residentes en Gotham, sino también un taxista clavadito a Rank Xerox o un cabreado Snoopy. La historia es disparatada y absurda, y en ella ambos héroes deben unir fuerzas para derrotar al Joker, Catwoman, el Pingüino o los gigantescos trofeos de la Batcueva revividos. Un curioso menjurge pirata a archivar cerca de esos otros fascinantes crossovers de tebeo como Archie vs. Punisher, Superman vs. Mohammed Ali, Tintín en Suiza, Star Trek vs. X-Men, Savage Dragon vs. Obama, Spiderman vs. el SNL, Los Vengadores vs. David Letterman, etc.

Raymond Carver - "Catedral" / "De qué hablamos cuando hablamos de amor". Ermanno Cavazzoni - "Breviario de idiotas". Michael Chabon - "Un mundo modelo". J.D. Salinger - "Nueve cuentos"

Con bastante retraso, hago acuse de ingestión de mis lecturas (o relecturas) de mis vacaciones de verano. Antologías de cuentos breves de algunos de los más grandes escritores norteamericanos (y un divertimento italiano) del siglo XX que han estado ordenados en mi mesita de noche, acompañándome en las últimas horas de cada día y ennobleciendo mi actividad onírica. Cualquier pequeña anécdota sucia e irrelevante, contada por Raymond Carver con su característica prosa cruda y frugal, sienta como un tortazo al doblar la esquina. Ciscándose en el Sueño Americano, los personajes de estas historias son grises borrachos, divorciados, nihilistas y cínicos de clase media enfrentándose a sus demonios y a menudo dejándose llevar definitivamente por ellos. El "Breviario de idiotas" de Ermanno Cavazzoni es un divertimento hagiográfico surrealista e hilarante sobre lo que vendrían a ser las némesis de los más grandes inventores y genios de nuestra historia, en forma de colección de disparatadas fábulas añejas. Probablamente, Chabon es mi escritor favorito, y este precioso librito de bolsillo, su segunda colección de cuentos, se me había resistido hasta ahora. Las obsesiones habituales del autor (la ruptura sentimental, la infancia, la soledad) permanecen intactas, y la aspereza de su lenguaje, deudor de Hammett, Fante, Cheever o el propio Carver contrastan con las desternillantes y coloristas novelas que le he leído ("Las aventuras de Kavalier y Clay", "El sindicato de policía yiddish", "La solución final"), y cada uno de estos cuentos es una joya refulgente y desasosegante. Me dio por releer o catar por primera vez estas colecciones de cuentos hace un par de meses, después de que un amigo, que se iba de vacaciones, viniese a mi casa a por algunos libros para llevarse. Estuvimos casi toda la tarde desordenando estanterías y charlando de literatura americana contemporánea, y me picó el gusanillo. De paso, me recomendó los "Nueve cuentos" del maestro J.D. Salinger, que no tenía, y casualmente al día siguiente lo encontré entre una pila de cosas en Ábaco. Cáustico, incómodo y sorprendente, algunas de estas historias de Salinger resulta impensable que pudieran haberse publicado en los años 50, y funcionan como un disparo a la misma línea de flotación del sistema capitalista, la brecha entre clases sociales y la hipocresía de los poderosos.

martes, 16 de septiembre de 2014

domingo, 14 de septiembre de 2014

VVAA - A new kind of mambo vol. 1 - 42

Twilightzone sigue siendo un lugar de ensueño, y en estas últimas semanas están subiendo uno por uno las docenas de recopilatorios que un tal Johnny Q está elaborando bajo el epígrafe común de "A new kind of mambo". Hasta la fecha han colgado ya 42 volúmenes de discos virtuales recopilatorios de música retro no-garagera con cierto regusto exotica, que es en lo que consiste todo esto. Con títulos individuales como "Tequila slammers", "Hey senorita!", "Shufflin' Hungarians", "Showstoppin' bugaloo", "Me gusto", "¡¡¡Ritmo caliente!!!", "Blues for Cuba", "Egyptian cha-cha", etc., y unas portadas y contras bien bonitas que está fabricando el muchacho (mi favorita, por pura mitomanía, es la del vol. 13, esa perversión del "Garagepunk cha-cha-cha unknowns" tan poco sofisticada), esta inabarcable colección desentierra viejas curiosidades de la música popular principalmente norte y suramericana, así como algunas delicias orientales, europeas o del África marrón. Cercanos al espíritu de las Melodías Pizarras Edición Terráquea (que no todo va a ser garage, chicharra y raca-raca), aquí se aglutinan sin complejos (y sin mucho orden) rompepistas salseros, merengue bizarro, boogaloo eléctrico, crepitantes bollywood delights, góspel underground, oscuras baladas africanas, alaridos de la palpitante jungla o novelty rockabilly, de esos tiempos en que el pop-rock lo hacían las orquestas e iba de la mano del mento, el mambo, la samba, la rumba, el dengue y el tango. Estoy descubriendo verdaderas maravillas en este cajón de sastre y haciendo mi propia criba; porque yo también pincho de vez en cuando en algunos bares, como todo el mundo.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Fem Dom #0, 1 y 2 / Rattenkönig #1, 2 y 3

Descubrí este fanzine el otro día tirado en el sofá navegando por las etiquetas de Instagram; a través de una foto que algún cliente satisfecho había hecho. Me puse en contacto con ellos después de curiosear un rato por el trabajo de ambos responsables de Psyclops Graphix (Dr. Chainsaw y Mistress Ratt, novios, DIY's y residentes en Barcelona), y les pedí los 3 números que han sacado hasta la fecha de cada uno de sus respectivos fanzines, Rattenkönig y Fem Dom. Me llegó el paquete el lunes, y además de los fanzines tuvieron el detalle de incluirme un par de fliers, un par de stickers, un marcapáginas y una ilustración brutal a color en A5, con un dibujo a mano dedicado por Dr. Chainsaw en la parte de atrás, que es la leche. Todo fantástico, todo tenía muy buena pinta y rezumaba una fragancia a underground añejo de toda la vida que tiraba de espaldas. Me faltaba leerlos, y una vez hecho estos panfletillos de Psyclops Graphix se han convertido instantáneamente en una de mis publicaciones favoritas del momento. Estaré muy pendiente, porque el último número salió en junio de este año.

Tanto Fem Dom como Rattenkönig son dos fanzines de corte clásico (folios impresos en blanco y negro, la portada en negro sobre folio de color, doblados y con dos grapas, como Dios manda) centrados en el maravilloso mundo del comix underground, el weirdo, el hot rod, la línea tremenda, la ponzoña y en general la pintura purulenta y el mal gusto. El espíritu de Basil Wolverton, Ed "Big Daddy" Roth, Rob't Williams, Robert Crumb, Boris Artzybasheff, Gilbert Shelton, Kim Deitch, Coop, el fanzine Weirdo, MAD Magazine, las ratas gigantes mutantes y llenas de mierda y los dibujos animados de Disney mutilados y pestilentes inspiran cada una de sus páginas, por las que desfilan ilustraciones exclusivas de Dr. Chainsaw y Misstress Ratt, pero también de almas afines como José Tomás, Naxo Fiol, Ladrón, Mik Baro, Chico Félix, Sergio Zuñiga, David Guell, Javi Godoy y otros, además de algunos colegas internacionales.

Al margen de las ilustraciones a toda página (A5 en general, y alguna splash o póster central en todos los números), a mí lo que me gustan de los fanzines son las letras, devorar textos sobre asuntos de los que solo es posible leer en artículos autoeditados como éste. En cada número de Fem Dom incluyen un par o tres relatos (de la editora, de Cristina Monteserín, o los asquerosos y cachondísimos cuentos de Antonio Giménez Román), mientras que en Rattenkönig han optado por la información bizarra, incluyendo en cada número entrevistas exclusivas (Darren Merinuk, Luis "Herpe", Stephen Blinkenstaff, Dennis Worden, Pat Moriarity), apologías (Douglas Bagge, prólogos de Wau el de los Arrrghs! o Bone el de los Anomalys), sección de recomendaciones de viejos discos de garage y la sección "El Vertedero", un cajón de sastre de asquerosidades al mejor estilo del "Planeta Enfermo" que hacía Manolo Valencia en El Víbora. Todo fantástico. En estos textos he descubierto a personajes como Steve Fiorilla o a los italianos savajes The Bone Machine, que ando escuchando ahora mismo.

En definitiva, un fanzine precioso, baratísimo, repleto de contenidos y dibujos para enmarcar, especializado en una de las subculturas artísticas más fétidas y chachis del mundo. Larga vida al Rey de las Rat Finks y a los fanzines churretosos y hermosos.

martes, 9 de septiembre de 2014

"The Lego movie" (Phil Lord, Christopher Miller, 2014)

No le tengo mucho cariño a Lego, al juguete de Lego (aquí éramos más de Tente), a las piezas, al cuadriculado sistema de ordenamiento universal de la Infancia. No me gustaba jugar al Lego. Pero siempre me obsesionaron las minifigs. Esto que parece una obviedad, a lo mejor no lo es tanto. Las figuritas de Lego han estado desaprovechadas durante décadas, y más aún la posibilidad de darles vida gracias a la stop-motion. Fueron los fans quienes empezaron a rendirles culto, a hacerles películas extrañas, y por fin a juntarse, en la prórroga del s. XX, en lugares como Brickfilms. Aquella página me volvía loco. Me he visto cientos de miles de cortos en stop-motion, que son como sueños húmedos filmados. Pero el emporio oficial no se daba por aludido. No es hasta los últimos tiempos que han empezado a hacer videojuegos y películas protagonizados por los maravillosos mini-seres levemente articulados. Y todo para promocionar las franquicias más poderosas, de superhéroes de Marvel y DC, de Harry Potter, Star Wars o lo que sea. Y finalmente, este año estrenaron el definitivo súper-blockbuster de Lego, protagonizado por sus fichitas y personajitos de plástico. Durante meses mantuve los dedos cruzados, deseando que la peli fuese de stop-motion. Por supuesto que no. Aunque el trabajo de Phil Lord nunca decepciona, y la animación es asombrosa, en todo momento podía imaginarme que manejaba a esos personajitos y ladrillitos con mis manos. Y además, tuvieron el detalle de homenajear a la animación clásica en stop-motion en los increíbles créditos finales, y de darle a la película una dimensión mágica al romper la cuarta pared, con todo el rollo de Will Ferrell y todo eso, que no me esperaba para nada. El guión es soberbio, majísimo, muy disparatado y brillante. La película es pura pornografía juguetística, además de una plataforma para crear (y vender merchandising sobre) nuevos personajes, por primera vez (con la excepción de Clutch Powers) no-anónimos y no-franquiciados. Me sigue costando entender para qué animar una película en la que los personajes parecen muñecos semi-rígidos y que caminan torpemente sobre lo que parecen pezones de plástico corporativo de Lego; que se mueven como muñecos de Lego y cuyas expresiones son tan escasas como los muñecos de Lego. Para eso, que rueden stop-motion con muñecos de Lego. Supongo que debe ser más trabajoso y más caro, y menos atractivo para los niños (algo tiene la stop-motion que extraña a los niños). Pero yo quisiera ver una gran superproducción utilizando exclusivamente muñequitos. Mientras tanto, esta definitiva película (y el episodio "Brick like me" de los Simpsons) dignifica y pone sobre el mapa, por fin, los Lego Films (porque las tropecientas pelis de Batman y Star Wars de Lego, los videojuegos, etc., no me interesan mucho), abriendo un melón interesante y bastante dulce. Vi esto en el cine hace ya algunos meses, y la disfruté muchísimo.

lunes, 8 de septiembre de 2014

"Spanish exploitation" / "Sesión sangrienta" / "Gun crazy. Serie negra se escribe con B"

En el TopBooks de la calle Luchana descargó hace unos días un helitransporte lleno de saldos de la colección Cinemitos de T&B Editores, ensayos pop sobre cine de género de todo pelaje. En un par de visitas me compré nada menos que 12 de los que me faltaban, y he estado ojeando o leyendo completos varios de ellos. Algunos son libros de consulta, otros requieren lectura minuciosa. Al margen de los primeros, de momento he estado dando cuenta de estos tres.

"Spanish exploitation", de Victor Matellano, supone una decepción terrible y dolorosa. Una bonita portada, con el nombre de la ignorante novia de Vaqueriza bien visible, para embutir unas cuantas palabras deslabazadas, repetitivas y mal puestas al tun tún. El libro no contiene mensaje alguno, ni aclara nada, ni apenas presenta películas (italianas, mexicanas o francesas incluidas) que puedan considerarse explotación de algo. Es un recorrido volátil, sin ningún rigor ni cuerpo, por unas cuantas películas (ora una de destape, ora un Naschy, un Berlanga, un Summers...) salpicado de unas pocas fotos y montones de listas de pelis, que ocupan mucho. El libro se abre con la estúpida palmadita de Alaska; luego una introducción; luego otra; luego una perorata sobre "La momia nacional" (?) a modo de prefacio; después una intro; luego una disertación sobre tal actor; después una lista... Y así va la cosa, sin que nada tenga sentido ni concierto.

En las antípodas, el trabajo de Jesús Palacios y Antonio Weinrichter en "Gun crazy. Serie negra se escribe con B" son palabras mayores. Es una colección de ensayos imprescindibles que orbitan alrededor de las dos décadas (1941-1959) de existencia del noir clásico americano según los cánones de la crítica francesa de la época, que desentrañan todos los aspectos de este género indefinible: la influencia de la literatura pulp en su lenguaje, y sus portadas en su aspecto; el papel del expresionismo alemán, el asunto de los presupuestos; la música del noir (uno de mis capítulos favoritos), cine negro y satanismo, actores, directores... Un tocho importantísimo.

Y mi última lectura, también gozosísima, está siendo "Sesión sangrienta", un ensayo novelizado, algo así como "la historia oral del nuevo terror americano". Partiendo de cintas seminales como los primeros zombies de Romero o los primeros trabajos casi universitarios de Carpenter, Craven, Polanski, Spielberg, Bogdanovich, O'Bannon, etc., se relata aquí un cuento fascinante sobre cómo a la humanidad dejó de importarle el maquillaje de Boris Karloff y empezó a abrazar el arte de los asesinos en serie sin motivación ni coartada, y como aquel paradigma y aaquellas pelis de los setenta han influido todo el cine de género hasta la actualidad y más allá.

"La plaga de perros" (Martin Rosen, 1982)

No conocía de nada esta película, con la que me topé el otro día por casualidad trasteando en el vidYOUTclub, y que me dejó perplejo y boquiabierto. Se trata de una buddy movie de dibujos animados (con un estilo realista que recuerda al rotoscopiado añejo de Max Fleischer o Ralph Bakhsi), protagonizada por dos perritos parlantes al estilo Disney, que viven una aventura juntos trotando por el monte huyendo de los malos. Pero lejos del mensaje timorato y maniqueo del gran emporio mágico de la animación, aquí los perros escapan de un terrible laboratorio clandestino en el que se experimenta la vivisección con perros, primates y otros inocentes animales. Y durante su peligrosa escapada, son perseguidos por crueles hombres que intentan asesinarles por todos los medios, debido a que se cree que son portadores de una enfermedad contagiosa, y porque además provocan la muerte de varios humanos durante la búsqueda. En su periplo salvaje, el terrier con el cerebro abierto, Snitter y el labrador que ha sido llevado varias veces al borde de la muerte en un tanque lleno de agua, Rowf, se encontrarán con el astuto zorro Tod, quien les enseña a cazar a sangre fría y a enfrentarse al feroz ser humano. Sobrevivirán al ataque aéreo de varios helicópteros del ejército, al acoso de los pastores, periodistas y otras alimañas, y reforzarán su amistad anteponiéndola continuamente a la extenuación y la misma muerte. Una barbaridad jodida, salvaje y sin embargo tiernísima.

"El hombre de la cuarta dimensión" (Irvin S. Yeaworth Jr, 1959)

Esta tarde me acerqué dando un paseo al videoclub churretoso de la esquina, y alquilé una copia restaurada en aviHS de esta cinta de terror disuasorio de la era atómica. Existe también una copia en precioso 3D de los cincuenta (no esa estupidez para débiles mentales de los multicines de ahora, que no he usado nunca jamás...; me siento a veces, hablando de estas cosas, como El Abuelito Maníaco), pero al final me decanté por la peli con subtítulos, porque no encontraba mis gafas bicolor de cartón del Fantastic Magazine...

"4D man" es una bonita historia de desamor y venganza, sobre dos mad doctors hermanos (Scott y Tony Nelson) que aman a la misma mujer (la secretaria del laboratorio, hechizante Lee "Catwoman" Meriwether). Scott trabaja en el desarrollo de un potente material nuevo, la carlgonita, que pronto sustituirá al resto de metales en la fabricación de armamento y seguridad. Por su parte, el brillante pero caótico Tony está experimentando con electrodos la manera de que dos materiales se fusionen a nivel subatómico, de tal forma que un lapicero pueda atravesar el acero. Tony acaba de prender fuego accidentalmente a su propio laboratorio, de tanto juguetear con la máquina, entra a trabajar en el laboratorio de su hermano y se lo empieza a montar con la secretaria. Los celos de Scott le llevarán hasta el extremo de probar en sus propias carnes el experimento de Tony, y después de una hora de líos de faldas, picnics y aburridas citas dobles, Scott adquiere por fin la capacidad para entrar en fase como Kitty Pride, y atravesar todo tipo de objetos y también personas. Al hacer esto último, les chupa la energía a sus víctimas, que en cuestión de segundos envejecen y mueren, mientras que su cuerpo se perpetúa.

La peli es simpática y terriblemente geek, pero no pasa nada interesante ni fantástico hasta que ya casi se me agotaba la paciencia. Los decorados son muy coloridos y todo es bastante camp. Los efectos cuando el protagonista "entra en fase", así como los maquillajes de las víctimas envejeciendo en stop-motion o mismamente las maquinitas de corchopán con las que juguetean los científicos, son deliciosamente cutres, y todo en general tiene una pinta amateur y lastimosa, pero se deja ver y tiene algún momento delirante.

viernes, 22 de agosto de 2014

"Los niños de Stepford" (Alan J. Levi, 1987)

En estos últimos meses, incomprensiblemente, pese al control al que somete el Gran Hermano Google a nuestra rutina de descargas ilegales, y pese a que recientemente ha lanzado su propio sistema de pay-per-view a través de Youtube, esta plataforma está viviendo una edad de oro como cochambroso videoclub ochentero, proveyéndonos continuamente de cine basura cuyos derechos no serían reclamados por nadie en su sano juicio. Lo mismo pasa con las canciones y los discos, que se pueden escuchar (y en mi caso, acumular en rodajas digitales) tranquilamente los LPs más inencontrables, no solo en el mundo real, sino en cualquier blog o dealer P2P. No sé cuánto durará este despiporre, pero para los que nos gustan las películas ignotas y nos repugnan los youtubers, los predicadores y demás putas de atención, el concepto "película completa" en Youtube es una fuente inagotable de retrofelicidad, y miramos Youtube como en los ochenta sintonizábamos emocionados con la tele comunitaria que radiaba el portero del edificio, o nos acercábamos los sábados por la tarde al videoclub del barrio pasando de largo del estante de novedades. A mí me gusta bajarme las películas y ponerlas a la cola en un pendrive en la tele, pero porque no tengo una grabadora de cinta magnética, que si no me haría mi propia colección de VHS con sus carátulas y su delicioso lomo para exponer bajo la tele, en pleno 2014.

Últimamente he podido ver montones de películas bizarras, mixtapes y documentales "alquilados" de Youtube, un entretenimiento veraniego muy estimulante. Que recuerde, solo esta semana vi una cosa titulada "Chiquidrácula" (Julio Aldama, 1985), cine infantil mexicano obscenamente moralista y disuasorio (sobre un nene que hace travesuras para ayudar a su abuelo alcohólico), lejos de la cutrez fantástica que prometía la carátula; "Cuatro chalados a tope" ("Loose screws" aka "Screwballs 2", Rafal Zielinski, 1985), estúpida explotación aún más jaimitiana que "Porky's"; volví a ver las geniales "Curso de 1984" (Mark L. Lester, 1982) y "Curso de 1999" (Mark L. Lester, 1990), "Re-Animator" (Stuart Gordon, 1985), "Una de zombies" (Miguel Ángel Lamata, 2004), "Ferocious female freedom fighters" (Arizal, 1982), "Decampitated" (Matt Cunningham, 1998) y un par de documentales sobre subculturas punk exóticas. Es como volver a tener el Canal 18, AluCine o aquellos tiempos en los que estábamos pendientes del mierdoso Canal 7 no fuera que cayera una de Troma o un clásico del fantastique barato ochentero. Anoche mismo, hasta las tantas, me enganché a "The Stepford children".

La gran novela satírica de Ira Levin (hace poco leí su "Los niños del Brasil"), "The Stepford wives" (1972), llevada al cine en 1975, además del reciente remake del maestro Frank Oz ("Las mujeres perfectas", 2004), por lo visto generó varias secuelas apócrifas en los años setenta, como este magnífico telefilm. Ya sabemos, por la novela y las pelis resultantes, que Stepford es un idílico suburbio de Connecticut en el que desde el Club de Caballeros local conspiran para sustituir a sus esposas por obedientes y sumisos androides. En esta versión, la acción se centra en el instituto, y son los chavales quienes asisten al extraño comportamiento de todos sus compañeros de clase, demasiado pacatos, moñas y repelentes. Un par de escenas recuerdan mucho a la posterior "Pleasantville". En ellas vemos cómo los residentes de la escuela de Stepford se asustan y alucinan por las pintas de sus dos nuevos compañeros, ella así como un poco punk y él con una chupa de cuero y gafas de sol. Los deportistas no fallan una canasta, y todos son estudiosos, disciplinados y responsables. En una escena, en el baile de fin de curso, la chica nueva, emulando a Marty McFly, sustituye la música de ascensor que suena sobre la pista por un poco de rock n' roll ochentero, y los estudiantes autómatas enloquecen y empiezan a pelearse entre ellos. E inolvidable resulta la escena en la que la joven protagonista, ya conversa y vestida de impecable cheerleader, ataca a su madre con un cuchillo. El desenlace es igualmente fascinante, superando el original, con esos androides semovientes como flotando en líquido amniótico. Maravilloso. Quizá porque la vi tan tarde, que la cheerleader tirada en el suelo balbuciendo su diálogo programado, me impresionó y sugestionó bastante. Una vuelta de tuerca genial y muy entretenida de lo que sucede en el idílico suburgatorio de Stepford.

jueves, 21 de agosto de 2014

Los 80: drogas, sida y punk en Euskal Herria (ETB, 2008)

Buscando videos sobre el brote y ocaso del punk en distintas latitudes (me encantan), anoche a altas horas me enganché a este doc que pertenece a un programa de la ETB llamado La caja negra, presentado por Iñaki López (simpático malasañero de origen vizcaíno, y presentador de Fachitas, progres y viceversa La Sexta noche), que ahonda en la problemática de la heroína durante los ochenta en el País Vasco, esa plaga que practicamente acabó con toda una generación a la izquierda del Nervión. A través de entrevistas a algunos supervivientes (miembros de Potato, MCD, Vómito Social, un fanzinero y autor de un documental sobre el RRV, un ex-toxicómano y seropositivo y la madre y hermana de otras dos víctimas, entre otros activistas) y fantásticas imágenes de archivo de los movimientos sociales, conciertos y gente picándose, esta impactante historia de menos de una hora repasa uno de los movimientos musicales más importantes de la historia reciente de España. Igual que dice uno de los entrevistados, la Movida Madrileña fue una mierdecilla para pijos, y no se valora lo suficiente la influencia de todas esas malogradas bandas del norte de España que comenzaron a imitar a las bandas francesas y británicas, y a evadirse del hastío y la problemática laboral haciendo música sin tener ni puñetera idea de lo que hacían. Al ser una pieza de la ETB, atraviesa sin miedo todas las aristas del asunto. Se hace alusión, por supuesto, a la estrecha relación entre la droga y el punk, y el abuso de heroína tanto por parte de los artistas como de los aficionados; y cómo la diversión inocua y el intercambio de jeringuillas se transformó en una enfermedad extraña, desconocida y mortal. Pero también se habla de política, y la mayoría de implicados lamentan que Herri Batasuna y la izquierda abertzale se apropiasen del RRV, del que al principio renegaban (al tratarse al fin y al cabo la adopción de una cultura imperialista extranjerizante); se habla sin demasiados tapujos de la teoría de la conspiración, que defiende que la heroína fue distribuida con demasiada alegría en Euskadi, para adormecer y reducir a la juventud. Si bien no está probado que tipos tan oscuros y miserables como el General Galindo estuvieran implicados en la probable inserción de la droga en la sociedad vasca, sí que se acusa abiertamente al gobierno autonómico de no ponerle freno a su distribución y erradicación, en una época en la que el caballo estaba afectando en EH a más del triple de personas que en el resto del Estado. Tampoco se olvidan de mencionar a ETA, en aquellos convulsos años en los que la lucha armada se centró en algunos narcotraficantes. Hay quien aún piensa que precisamente para defender a la juventud de la droja ante la inoperancia institucional, pero casi todo apunta a que ETA estaba haciendo un negocio estupendo de todo aquello. Entre videos y temas históricos del rock español, declaraciones punzantes e imágenes de la kale borroka y la decadencia humana, este paseo resulta interesantísimo y revelador. Y es obvio que nos cambian las drogas, pero la historia sigue siendo la misma.

martes, 19 de agosto de 2014

"La trajinera del terror" (Alejandra Adame, 2005)

El domingo pasado por la mañana, antes de ir al Rastro, me obsequié con esta cinta amateur de presupuesto negativo. Y efectivamente, se trata de un producto cutre, ridículo y sin sentido, involuntariamente cómico y repleto de todo el exotismo y el candor que solo un grupo de amiguetes mexicanos aburridos es capaz de producir. Es un slasher que además de presupuesto carece de pretensiones ni de vergüenza, sobre un grupo de post-adolescentes que deciden pasar un fin de semana de acampada en Xochimilco, que por lo visto es una ciudad llena de canales y traineras para turistas, una Venecia charra que se adentra (según la película) en un bosque lúgubre y lleno de niebla artificial. El argumento es muy sencillo: los chavales, tres tíos y tres tías como dios manda, están bebiendo coronitas en su trainera "Margarita", capitaneada por un mexicano feo y silencioso al que por alguna razón le enfocan siempre de abajo a arriba, comenzando por sus feas zapatillas de deporte yanquis. Se divierten cantando primero Las mañanitas (debe ser el cumpleaños de alguno), después una romántica pieza a dos voces con una guitarra que había por ahí, y finalmente encuentran una ouija debajo de la mesa. Entonces se produce un cisma tremebundo, cuando una de las chavalas entra en crisis ante la sola idea de jugar a la ouija. Desde este momento, las chicas no paran ya de gritar y sufrir en toda la película, y los chicos de sobreactuar como si les persiguiese Caracuero. Toda la película desde ahora, sin pausa, es una catarata de chillidos y caras de congestión permanente, que nos hace entender que está sucediendo algo de mucho miedo, ergo esta es una película de miedo. Al final solo una de las tías (interpretada por la propia directora, Alejandra Adame, una tía que está muy buena y se parece a Malena Gracia) quiere jugar a la ouija, y convence a uno de los tíos (un actor llamado... ¡PAOL STANLEY!) mencionándole la hombría. Los dos se ponen a jugar a la ouija, pues. En una escena terrorífica en blanco y negro y a cámara lenta, mientras el resto se parapetan con sus chelas al otro lado del barquito. A todo esto, por ahí pulula un todo el rato señor con poncho, gafas y sombrero oscuros, que se parece a Tom Petty, que les observa todo el tiempo. Se aparece lo mismo entre unos matorrales, que encima de un puente bajo el que navegan, o bien ridículamente postrado en una trainera que se les cruza lentamente sin que se den cuenta. Nos dan a entender que la ouija, en combinación con la influencia de Tom Petty, han hecho mella en Malena Gracia y el otro tipo, porque empiezan a hablar con la voz cavernosa y a decir barbaridades demoníacas. Para colmo, el remero de las zapatillas de deporte desaparece, con lo cual el caos ya es absoluto y el terror se apodera de todos de una forma salvaje y desnaturalizada. Es obvio que algo muy, muy, muy horrible va a suceder, ahora que la trainera navega a la deriva, a pesar de que vemos docenas de otras traineras turísticas alrededor, mirando a cámara. Tiene lugar ahora un flashback, que nos recuerda lo que ha pasado hace cinco minutos: la pelea salvaje entre llantos e hipidos para que no jugaran a la ouija. El recurso del flashback en blanco y negro a lo que acaba de ocurrir dos minutos antes, por si algún espectador se ha quedado traspuesto, es bastante genial y se repite varias veces. Una vez que la trainera encalla y los protagonistas se ven obligados a corretear por el bosque, asistimos a otros efectos de Windows Movie Maker bastante vistosos, como las repeticiones en loop de los gritos de las mozas o la cortinilla en espiral de cambio de escena. Todo tiene el aspecto de la grabación de una comunión, salvo por el detalle de que todos corretean mucho alocadamente por el bosque, y la cámara les graba desde detrás de un seto, en absolutamente todos los planos. Abandonados a su suerte en el terrorífico bosque al lado del abarrotado puerto turístico de Xochimilco en mitad de la nada, se suceden uno tras otro los asesinatos: Malena Gracia coge a una de las desprevenidas víctimas por detrás, y le mancha lentamente el cuello por la parte plana de un machete manchado de pintura roja, en primerísimo plano. Al instante, la muchacha yace en el suelo embadurnada en toneladas de pintura color sangre por todas parte, y cuando sus amigos la encuentran entra en pánico. Como en un episodio de Scooby-Doo, los chavales recorren una y otra vez el mismo arbolito y la misma roca una y otra vez, mientras corren aterrorizados gritando los nombres de unos y otros. El melenas del grupo, sin querer, de repente se ahorca (?), pero consiguen salvarle la vida. Poco después cae por un terraplén de unos 80 centímetros de alto con un desnivel del 3%, y a punto está de morir por haberse raspado ligeramente un codo, pero también le salvan, entre histéricos alaridos y chillidos desesperados. Malena Gracia y el otro menda pululan por el bosque con rictus satánico (él pone los ojos en blanco; a ella no le sale), muy estirados, moviéndose como C3PO, muestra inequívoca de estar poseídos por el Demonio. Y encima, de pronto entra en escena, por fin, Tom Petty con su poncho y sus gafas de sol, que les observa abiertamente, y esto ya es el desiderátum del terror, el gore y obviamente se desata un auténtico festín de efectos especiales artesanales, sangre y gritos de auténtica desesperación y terror primario con chicos muriendo y corriendo por todas partes alrededor del mismo claro del bosque todo el rato. Luego encuentran una casona abandonada, donde finalmente se desatarán los siete males y se abrirán las puertas del mismísimo Infierno, con Tom Petty y Malena Gracia aterrorizando y provocando taquicardias. La peli está bien, pero no me acuerdo de si la terminé de ver o cuántas horas me faltan. Una joya que bajé de Cine Mexicano del Galletas, un sitio maravilloso en el que todas las pelis son buenísimas.

"Nuestros maravillosos aliados" (Matthew Robbins, 1987)

Después de un fin de semana calamitoso y caótico, ayer lunes por la mañana temprano daba vueltas por la casa, lleno de pesar y de nervios. Decidido, y ya traspasado el mediodía, me vestí con mis mejores sandalias y una camiseta y pantalón corto limpios, y me fui al banco, a hablar con uno de esos señores grises que trabajan ahí. Me llevé un libro, pensando que tendría que esperar mucho rato. En las sucursales bancarias me siento extraño, fuera de lugar, como si todo el mundo me mirase. Soy un fraude, mi cuenta corriente es una risa, en descubierto permanente, a menudo siento que nada más llamar al timbrecito para que me permitan el acceso, el director me observa preocupado y con el dedo sobre el botoncito rojo que contacta directamente con los GEOs. Sobreactúo, al intentar comportarme como una persona normal que va al banco a hacer una gestión corriente contra mi voluntad (consciente de sus abusos, y de que gran parte de lo podrido que está el mundo es culpa de los responsables de que existan esos lugares de latrocinio y usura institucionalizados), y que no se note que me siento como si entrase en un tribunal donde me van a sentenciar por sodomizar a un equipo de vóleibol de niñas discapacitadas. No sé a qué venía esto... Es que tuve un lunes horroroso, muy doloroso, después de un fin de semana difícil. Los lunes después de estos fines de semana nefastos son como la calma inquietante tras una tormenta, como despertar de un coma maltrecho y entumecido. Y más aún en agosto; el mes de agosto es para mí como una enfermedad corrosiva en la que recaigo todos los años durante 31 días. Hay fiebres, dolores, pesadillas en vigilia, desasosiego constante, una extraña sensación de peligro que aguarda a la vuelta de cada esquina. Sea como fuere, querido diario, ayer tuve que ir al patíbulo tanatorio banco un rato, y además no para un desagradable chequeo rápido de rutina, sino para hablar con el capo del tinglado y pedirle que me esclavizara y me azotara durante los próximos 18 meses. Sudé, lloriqueé y salí de allí muy enfadado, pero ligeramente aliviado. Después compré comida china, me fui a un bar en el que trabaja una amiga muy maja y que está muy buena, para equilibrar y que la charla con el enemigo no fuese mi única interacción social del día, y me encerré en casa para ya no salir. Tenía la pila de la cocina repleta de cacharros fermentando, y muchos rincones de la casa por limpiar, pero no tenía fuerzas. Pasé el resto del día tirado mirando hacia la tele encendida como Garfield, observando tonterías, docu-realities de cocina, de tatuajes, de viajes.

Por fin, a eso de las once de la noche me descargué y me puse a ver "Nuestros maravillosos aliados", una de esas comedias fantásticas de los ochenta que tenía borrosa en la memoria, y me reconcilié con el género humano. Es una cinta de aventuras con marcianitos con el sello Spielberg (otra de esas producciones de Spielberg creadas con la intención de prepararnos para el inminente advenimiento de extraterrestres simpáticos, amigables y en son de paz, donde los malos no son los extraterrestres, sino otros humanos), llena de chistes blancos, villanos caricaturescos y picores adolescentes, en la que curiosamente no sale ningún niño; también hay una historia romántica sin beso. Es un Spielberg raro, cojo, al que le faltan spielbergadas. Para ancianos candorosos y soñadores, más que para niños. Tiene escenas de stop-motion, y una puesta en escena y fotografía increíblemente hermosas. Cuenta la historia de un edificio al borde de la demolición, que resiste como una aldea gala al acoso de un especulador malo malísimo y sus matones, que quieren echar a sus entrañables inquilinos para acometer un Zara, o un espacio de co-working sostenible de diseño post-industrial. Todo el entorno de este edificio de una barriada de Nueva York está siendo derrumbado, pero ese islote ruinoso se resiste y hay que gentrificarlo urgentemente como fuere. Los habitantes son una joven chicana embarazada, un pintor en horas bajas (quienes protagonizarán el affair), una pareja de ancianos (ella con una demencia senil muy simpática) que gestionan la cafetería de abajo, y un ex-boxeador negro muy grandote, adicto a los anuncios de televisión de los ochenta, que solo dice 4 eslóganes publicitarios a lo largo de toda la película. La decoración de los maltrechos apartamentos de la vivienda son preciosos, decadentes y repletos de detalles vintage. El responsable del atrezzo, así como de la animación, es Brad Bird, en uno de sus primeros trabajos, y eso se nota; o tal vez sea al revés, y este es uno de los primeros aprendizajes de Brad Bird, pero en cualquier caso la ambientación y el aspecto de todo es muy hermoso y me hizo olvidar mis propios problemas y mi inminente desahucio (es broma, mi caso no es tan grave aún este año), y pasé una velada muy agradable y emotiva bebiendo Andin's Cristal con mucho hielo y cenando unos repugnantes tallarines al pesto de sobre.

jueves, 7 de agosto de 2014

Marvel's agents of S.H.I.E.L.D. T1 (TV Series, 2013-2014)

No suelo hablar de series de TV aquí, pero quiero dejar constancia de lo mucho que estoy disfrutando de la serie de SHIELD, una de las pocas cosas que me acompañó periodicamente durante la pasada temporada, en la que estuve casi huérfano de ficción televisiva. Creo que con S.H.I.E.L.D. los responsables de Marvel Studios han dado en el clavo, armando una serie de espionaje, acción, intriga, romance, comedia (y, en menor medida, superhéroes) que engancha a todos los sectores, y que les sirve de perfecto contenedor de referencias e invitados para ir ampliando el UM multimedia, así como de cemento para unir de forma transversal todos los acontecimientos de sus películas. Pero, sobre todo, creo que es un homenaje tremendo al Marvel Zombie de toda la vida, especialmente al talludito, con esa segunda lectura que pasa desapercibida para el nuevo aficionado (o para el espectador ajeno por completo a Marvel), pero que a algunos nos hace crepitar en el sillón al localizar guiños a Kirby, a Claremont, a Steranko o a los grandes acontecimientos Marvel de los ochenta y noventa. Yo echo en falta más colorido y saltimbanquis en pijama, pero ya sabemos que Marvel Studios no está dispuesta a esas licencias, y que todo es terriblemente "dark" en sus diseños y sus productos.

SHIELD es la CIA de Marvel, una organización gubernamental secreta que interviene exclusivamente ante amenazas y situaciones relacionadas con los superhéroes o la alta tecnología de origen extraterrestre. Existen en Marvel desde hace varias décadas, y siempre están por ahí danzando, desfaciendo entuertos, imponiendo su doctrina fascista y ocultando secretos a todo el mundo. Un organismo perfecto para narrar histori(et)as hiper-tecnologizadas, invasiones de otro mundo, conspiraciones secretas o simples intervenciones de campo entre superhéroes y supervillanos. SHIELD está intimamente ligada con la Segunda Guerra Mundial (conflicto terriblemente influyente en el origen de Marvel y de bastantes de sus personajes), a través de los Comandos Aulladores (unas especie de "basterdos sin gloria" a los que pertenecía Nick Fury); son los guardianes de grandes secretos de héroes como Lobezno o los 4-Fantásticos; son el epítome de la alta tecnología armamentística (a las órdenes de un gobierno fascista) y de la defensa de las libertades contra sus alter-ego nazis malignos, la HYDRA o IMA; y en definitiva, son un grupo de soldados urbanos que histórica y transversalmente están en todos los fregados, defendiendo a la Tierra de los malos tanto de dentro como de fuera de nuestra atmósfera. Un equipo ideal para montar una serie a su alrededor. Una serie en la que han sabido reunir lo mejor de Expediente-X, James Bond y el Marvel way of life, abanderada por el Gran Midas de la era Obama, Joss Whedon. Y todo ello partiendo de cero, sacándose de la manga una pequeña célula de SHIELD que no existía previamente en los tebeos y que es absolutamente deliciosa. Es el equipo liderado por Phil Coulson (un superagente representante de SHIELD, creado para la película de Los Vengadores; los emolumentos de Nick Fury eran demasiado elevados), un superespía flemático, gracioso, perfectamente caracterizado con su colección de armas vintage, su coche de época tuneado con las más modernas tecnologías, que recuerda a uno de Los Vengadores (los de la serie británica de los 60) y que es el alma del equipo. En él tienen cabida también el agente-soldado perfecto, misterioso, guapo y macizo como salido de la pluma de Arthur Adams, Grant Ward; la agente Melinda May, asiática experta en lucha cuerpo a cuerpo, con un largo pasado relacionado con SHIELD y con Coulson, que en principio quiere limitarse a pilotar el avión futurista que sirve de base de operaciones; Skye, una bonita, rebelde y experimentada hacker e indignada, que es fichada por Coulson a pesar de no haber recibido formación alguna, que en un principio aparenta estar jugando a dos bandas sin haber abandonado del todo la Marea Creciente, el grupo de ciber-guerrilla antisistema al que pertenecía, y que tiene continuos problemas para servir al Sistema Norteamericano tan desde dentro. Es la protagonista principal de las historias, con la que cualquiera podemos identificarnos facilmente, o bien enamorarnos; y finalmente, están los dos científicos, los británicos Leo Fitz y Jemama Simmons (aka "Fitzsimmons"), dos jovencísimos geeks que se dedican a desarrollar instrumental, curar a los buenos e investigar todo lo relacionado con la tecnología la biología, la medicina, la mecánica, ingeniería alienígena o lo que sea. Primeros de la clase, síntesis de los alumnos aventajados de la más avanzada y poderosa institución gubernamental, que además hacen una pareja adorable, con su cerrado acento british, su simpático Asperger, su candor y sus caritas de pitiminí. Concretametne, la Simmons, Elizabeth Henstridge, es con diferencia lo más hermoso que ha salido en mi tele el último año, y el episodio en el que es infectada por el virus alienígena, y su escena cumbre, que me he visto tres veces, me hace llorar como una niña de cinco años a la que roban, descabezan y pisotean su muñeca favorita en el patio. Y encima, además de estos principales, por la serie desfilan y desfilarán otros personajes de las películas, como la deliciosa Robin Scherbatsky sin ir más lejos.

Las comparaciones con la inolvidable Expediente-X son muchas, y muy fáciles de establecer. La primera de ellas, en cuanto a la estructura. A grandes rasgos, en cada episodio se nos narra un caso, una intervención de la célula de Coulson. Bien sea un asgardiano destruyendo todo a su paso, o un objeto extraterrestre que parece estar afectando a todo visitante a kilómetros a la redonda de la selva olmeca. Al margen de los argumentos puntuales (en los que hemos visto mad doctors, malvados millonarios, marcianos, supervillanos con poderes...), poco a poco se nos va introduciendo en la trama de un nuevo grupúsculo terrorista-tecnologizado, el Centipede, cuyo misterioso líder (no es El Hombre Que Fuma, pero más o menos) parece estar detrás de casi todos estos asuntos. Por supuesto, la serie también crece alrededor de la relación entre los protagonistas: el triángulo Grant-May-Skye, la pasión latente en Fitzsimmons, los amoríos del pasado de Coulson, el rollo paternal entre Coulson y Skye, los pizpiretos arrebatos postadolescentes de Jemma... Y alrededor de todos los casos también suele confluir con fuerza el pasado de los personajes. Principalmente, la relación de Coulson con el Centipede y lo que pasó en Tahití ("it's a magical place"), donde supuestamente le resucitaron tras morir al final de la peli de los Vengadores, y todo esto trae mucha cola; el pasado hacker de Skye (esto se resuelve hacia la mitad de la primera temporada, cuando Skye resulta demostrar que es mejor agente que cualquiera con décadas de experiencia); y la traición del agente Grant, que resulta ser un infiltrado de HYDRA (toma espóiler). Este asunto, en mi opinión, está demasiado forzado, y a punto estuvo de dar al traste con mi confianza en esta serie. Parece ser que no fue un giro de guión chapucero como me pareció a mí, sino que tuvieron que retrasarlo y mostrarlo de golpe después de estrenarse la segunda peli del Capitán América... y es que ya he dicho que esto también funciona como vehículo adhesivo para el resto de productos de Marvel Studios. Se lo perdono. La verdad es que era necesario un giro así.

Yo leo tebeos de Marvel desde muy pequeñito, nunca he dejado de hacerlo, y estoy muy acostumbrado a cómo funcionan las cosas dentro de este maravilloso universo. Me molesta que en algunas películas o series de acción todo sea demasiado maniqueo, que los personajes sean demasiado estereotipados, que las tramas confluyan demasiado forzadamente en una cuenta atrás hacia una explosión y que los buenos se salven demasiado in extremis. Sin embargo, todo esto lo admito en un tebeo de superhéroes. En Marvel (generalizo), los buenos son muy buenos, muy muy guapos y con pocas aristas, y el cliffhanger es su razón de ser. Me consta que hay espectadores a los que esta serie les parece demasiado al límite, más patriótica de lo necesario, que abusa de unos parámetros morales y estructurales demasiado cerrados. Yo acepto esos parámetros desde niño. Hay cosas en Marvel que tienes que aceptar, y no solamente que personas puedan volar o resucitar de repente. En Marvel, los supersoldados son fanfarrones y sobreviven a las explosiones por pocos milímetros; si alguien va a morir pronto, tiene que ser un personaje que acabe de aparecer, nunca uno fijo (estos pueden ser hospitalizados al borde de la muerte, pero se recuperarán a toda hostia en la elipsis); los extras son planos y sin frase, la masa se comporta como un rebaño; los terroristas son tal y como los concibe Isabel Sansebastián, y las tías están buenísimas y tienen globos sonda bajo la camiseta. Este tipo de cosas son las que me encantan de esta serie. El libro de estilo de Marvel se cumple a rajatabla, y puede que algunas de sus secciones no gusten demasiado al espectador cásual. A mí me chiflan en esta serie, y me disgustan en otro tipo de productos.

Con lo que no comulgo tanto, es con el cacareado asunto de la ruptura de la continuidad. En eso soy un poco talibán, y me da rabia que en los últimos años hayan decidido pasar de todo eso, tanto en el audiovisual como en los mismos tebeos. Nunca he leído un tebeo de la línea Ultimate, ese Universo Marvel reseteado y suecado de cara a la generación con déficit de atención, porque me da rabia. Me da rabia la negrura de las películas de mutantes (que transformó sus tebeos para siempre), y prefiero la algarabía pop y el colorinchi de las series de los ochenta, de las que nunca jamás me canso y que me parecen perfectas (la serie de animación de X-Men es una de las cosas que más me gustan del mundo entero). Comprendo y en general me gustan los cambios que han introducido en las (pocas) películas de héroes Marvel que he visto (es imposible contar en una hora los acontecimientos de 60 años de trayectoria de Thor o Lobezo, por ejemplo, y me parece bien que escojan lo que más útil les sea de una época o de otra, de un equipo creativo u otro de décadas después, y en las más recientes he visto que lo reescriben desde el respeto al aficionado y al personaje). Son medios muy diferentes, y hay que contentar al público de siempre y al tiempo atrapar nuevo. Es lo que hay. Y en el cómputo global, pese a los disfraces oscuros de la Patrulla-X, a que Peter Parker genere telarañas biológicas o a que Tony Stark lleve siempre goatee en los tebeos, hay una cosa que me da muchísima rabia por encima de todo: que Nick Fury sea negro. Eso no tiene perdón de Dios. Una cosa es que Nick Fury sea David Hasselhoff, que eso es terrorífico, y otra que sea un negro, y que en los tebeos Nick Fury, el Nick Fury de siempre, cambie de raza sin más explicaciones. Eso me tiene confuso. Por lo demás.

"Flubber" (Les Mayfield, 1997)

Me gusta el cartel de esta película. De esta chorrada. Y recordaba haberla visto y que no me disgustó. El otro día salí de dudas, porque la echaron en TeleMadrid, y verdaderamente es bastante estúpida. Basicamente es una comedia romántica, una historia de amor imposible entre el irritante mad doctor Robin Williams y una moza que le ignora, en la que Williams, como buen geek in love, hace todo lo posible por triunfar para llamar su atención. Desarrolla una especie de moco que rebota mucho, un fluido fluorescente no newtoniano que a ratos se comporta como un personaje de Disney, pero en general hace que todo rebote mucho. Todo el segundo acto de la película es una trama sobre baloncesto adolescente muy tonta, en la que los niños jugadores llevan flubber en las zapatillas y ganan el primer partido de su vida gracias a sus espectaculares canastas. Hay varios sketches en los que el flubber da su merecido a unos ladrones. Y también hace que el coche del mad doctor pueda volar. Todo en esta película es muy caótico y errático, a ratos muy infantil y a ratos algo desasosegante (el amor desesperado que sufre el geek y sus reacciones violentas), y el conjunto es una chorrada inmensa salpicada de bolas fluorescentes que rebotan mucho y que son guays.

miércoles, 23 de julio de 2014

"Pepón es g(u)ay" (Norberto Ramos del Val, 2013)

Vi "Pepón es g(u)ay" en Youtube, una tarde. Y la vi entera, de principio a fin y sin saltarme nada. Tumbado y pensando en mis cosas, eso sí. Por esas mismas fechas, recuerdo que vi algunas películas low cost españolas y algunos #littlesecretfilms de hornada reciente. Contemplando aquello con cierta intriga algunas veces, y con verdadera indignación la mayor parte del tiempo. La crisis ha traído toneladas de despidos, dramas familiares, migraciones, suicidios y también la idea de que a cualquier cosa se le llama película hoy en día.

Si destaco en el post la de Pepón, es porque algún título tengo que poner, porque al menos no disfraza su divertimento vespertino de cine (sino de "documental entre paréntesis"; cosas del post-humor), ni tiene pinta de que vaya a sacar el DVD. Y porque la vi entera, no porque me gustara, que me hace más ilusión recibir a mis propias amigas en mi propio piso de soltero malasañero que mirar a otro por un agujerito. Pero este post va sobre el cine lowccost en general. Porque he visto algunas más. Tengo que decir que "Todos tus secretos", de Manuel Bartual, es un ejercicio digno y entretenido (...pa' ser congelao). "Neuroworld", la peliculilla de Borja Crespo, es la mejor del lote, claro que Crespo tiene callo y está basada en los tebeos de Miguel Ángel Martín, que me gustan a mí más que a un tonto unos recortes sociales (y además se nota la preproducción y la traición a los principios al littlesecretfilmismo). También me distrajo ligeramente "Undo infinito" de Álex Zinéfilo, y "Manic pixie dream girl" también la vi casi entera. El resto de ¿películas? de este tipo que he visto (como digo, si es que aguanté más de cinco minutos) me llevaron de la incomprensión a la indignación. No entiendo por qué Jordi Costa, el crítico de cine al que más admiro y con el que más comulgo (bueno, creo que es el único al que leo alguna vez), decidió hacer esas dos películas marcianas, parsimoniosas, simbólicas y feístas, si no es para poner a prueba la paciencia del espectador. O para vilipendiar al propio cine, que también puede ser. "Desmadre en la noche de la quietud" es un insulto al espectador, confeso y orgulloso, como coartada para disimular la incapacidad de hacerlo mejor. Igual que la mayoría de las otras ¿películas? de este tipo que tuve arrestos de mirar por encima. Efectivamente, me da un poco de rabia todo esto. No son ni siquiera "cortos alargados", como se decía antes, sino un mero alimento para el ego, que en general gira en torno a jóvenes absolutamente faltos de ideas y de talento. El cine low cost, esta gracieta para tener casilla en imdb, para mentirse a uno en el currículo, para desactivar el arte sin querer. Qué cosa más hipster, qué digo hipster, más post-Windsor y más molesta. A mis brazos, Boyero.

En fin. Que me consta que existe el cinelowcost, y que una vez perdí el tiempo con esto. El cine low cost... esconder cuchillas de afeitar en los potitos del supermercado... Cosas que hace la gente.