miércoles, 26 de agosto de 2015

"Judge Dredd: The body shop" (Pieter J. Van Es, 1992) / "Judge Dredd: Superfiend" (Enol Junquera, 2014)

A estas alturas, resulta inconcebible que el riquísimo universo de ciencia-ficción generado por la revista 2000ad, con esos cientos de personajes interesantes y potentes, apenas se haya visto reflejado en el cine, tan acostumbrado al saqueo de la creatividad ajena. Es probable que sea mejor así, ya que generalmente (excepción hecha de buena parte de la explotación endogámica de Marvel Studios en los últimos años) las traslaciones del papel al cine decepcionan hasta al aficionado menos exigente. Sobre todo durante el siglo pasado, cuando adaptar un tebeo era sinónimo de destruir por completo la esencia del mismo, o bien (en el mejor de los casos) pergeñar una pieza de serie Z inocua y exótica. Hay muchísimos ejemplos de este tipo de adaptaciones en los 80s, 90s y 00s, varios cientos si escudriñamos detenidamente, y personalmente solo salvaría de la quema, de todo el audiovisual, los batmanes de Tim Burton, "Tank girl" (una debilidad personal), "La máscara", "Punisher: War zone", los "Spider-Man" de Sam Raimi (me emocioné como un preadolescente la primera vez que vi a Spidey volar sobre Manhattan y los defenderé siempre, de forma irracional y apelando a la sendibilidad) y los "Superman" de Christopher Reeve (que consiguieron algo similar en mi verdadera preadolescencia). Siempre digo que es en la animación donde se encuentran cosas más decentes, Spider-Man, X-Men, y Batman de 1992 (hasta la fecha, la culminación del asunto), o los largometrajes de "Gen13" y "G.I. Joe". Y poco más, a bote pronto. Casi habría que remontarse a los seriales de los 40s, 50s y 60s para encontrar verdadera pasión y entretenimiento pijamero supino. Pero volviendo a 2000ad, resulta extraño que de tan voluminosa producción, apenas se haya adaptado un par de veces a su buque insignia, el Juez Dredd. En 1995 de forma mediocre (aunque creo que el guión era verdaderamente fiel a las historietas, y que el problema tampoco estaba en el papel de Stallone) y por fin en 2012 con una obra maestra. Para ver a Rogue Trooper en movimiento, por ejemplo, tenemos que acudir a la fanfiction o a las escenas cinemáticas de los videojuegos, donde encontramos adaptaciones decentes y estimulantes. Y en el caso de Dredd, hubo una películita hecha por aficionados, en 1992, que permanece del altar mental de todos los aficionados, por lo valiente y curiosa. Aunque, vista ahora, resulta tan salchichera y fallida como entrañable. Porque "Judge Dredd: The body shop" no fue solo un divertimento entusiasta amateur de unos fans, con poquísimos medios y producción (el traje de Dredd, sin ir más lejos, es uno de los peores cosplays posibles del personaje), sino de unos fans realmente jóvenes. El resultado es una aventurita desenfocada que recuerda a los primeros experimentos de la Troma. Sin embargo, otros fans decidieron el año pasado darle otra oportunidad al personaje en movimiento, esta vez, utilizando técnicas de animación. "Judge Dredd: Superfiend" fue una web-serie de 6 episodios, montada en una peliculita de media hora mucho más interesante para el aficionado medio. Aquí tenemos a un Dredd en estado puro, todo mandíbula y mala hostia, envuelto en una trama que conjuga elementos y personajes de todas sus historietas clásicas: asistimos a fragmentos de la historia de Rico Dredd (el hermano malo de Joe Dredd), del Juez Muerte, de los mutantes de la Tierra Maldita, de Fink Angel, la Juez Hershey o Mean Machine, todos juntos y revueltos en una historia novedosa y entretenida. Destaca el uso de animación artesanal en flash de los personajes, de diseño desgarbado y punk, mezclada con el asombro de la ejecución realista y 3-D de los fondos, que en algunas escenas quitan el hipo.

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